El exministro que quiso ser presidente
*Por Cristian Leandro
En política, parece que "todo se vale". Hay numerosos ejemplos que refuerzan esta idea, especialmente en el contexto costarricense. Las tácticas de desprestigio, filtraciones y ataques personales no son una novedad; son estrategias recurrentes utilizadas para debilitar a figuras públicas y minar sus aspiraciones.
Desde José María Figueres hasta Rodrigo Chaves, hemos visto cómo la guerra sucia se despliega, no solo como un recurso táctico, sino como una norma dentro del ámbito político.
Un ejemplo fue el audio filtrado en el que Rolando Araya, en una emisora universitaria, hablaba despectivamente de su oponente. Otro episodio notable fue cuando varios precandidatos presidenciales de Liberación Nacional coordinaron para golpear al Partido Acción Ciudadana (PAC).
En el otro extremo del espectro político, la estrategia ha sido igualmente agresiva. Las maniobras de Rodrigo Chaves para desestabilizar a José María Figueres incluyeron estrategias de comunicación que intentaban desacreditarlo.
Recordemos los audios del propio Chaves, publicados supuestamente la exministra de Comunicación y hoy perseguida políticamente por hacerlo.
Luis Amador, exministro de Obras Públicas y Transportes, hizo lo conocido. Sus acciones para debilitar a Chaves solo refleja lo que parece ser ya una práctica habitual dentro de la política costarricense.
Sin embargo, que sea común no significa que sea ético. Un profesor de ética me comentaba que, al final, las acciones definen a un profesional, tanto para quien las ejecuta como para quien las promueve.
Amador, en su afán de jugar el juego de la política a toda costa, perdió lo que podría haber sido su mayor activo: la posibilidad de ser un candidato transparente y auténtico.
Desde un punto de vista periodístico, las filtraciones son a menudo el "santo grial" que inicia investigaciones y revelaciones públicas. Casos como los Papeles del Pentágono que llevaron a la caída de Nixon, o las filtraciones de la Guerra de Afganistán durante la administración de Obama, son ejemplos de cómo estas revelaciones pueden cambiar el curso de la historia.
Sin embargo, en la política local, el impacto de las filtraciones es menos trascendental y más efímero. Lo que hoy genera un escándalo, mañana se desvanece en el subconsciente colectivo, a la espera de que resurja durante las campañas electorales.
Luis Amador, al adoptar las mismas tácticas que criticaba, ha perdido terreno. En lugar de proyectar una imagen de integridad, se ha alineado con una cultura política que privilegia el ataque despiadado sobre el debate de ideas.
Es probable que, después de este escándalo, pocos partidos políticos le abran espacio para una candidatura seria. Mientras tanto, Rodrigo Chaves parece fortalecerse en el corto plazo. En un país donde las redes sociales proyectan espejismos y construyen percepciones, Chaves, a pesar de las controversias, emerge con una sonrisa pública.
Sin embargo, el trasfondo de este caso revela preocupaciones más profundas. Uno de los puntos más alarmantes que surgió de las filtraciones es la intención de reformar la Constitución Política para permitir la reelección continua de Chaves.
Este tema, que ha quedado relegado por el escándalo inmediato, plantea serios riesgos para la estabilidad democrática de Costa Rica.
La historia ha demostrado que otorgar tal nivel de poder a una sola persona suele ser una jugada peligrosa. En América Latina, donde el autoritarismo ha encontrado terreno fértil en varias ocasiones, una reforma que permita la reelección indefinida puede abrir la puerta a una concentración de poder insalvable.
¿Qué depara el futuro? Es difícil preverlo con certeza. Pero si hoy se sometiera a referéndum la reelección de Chaves, sería un riesgo monumental para la democracia costarricense.
La concentración de poder en una sola figura política es un boleto de lotería que el país no debería jugar. La política, cuando se divorcia de la ética y la transparencia, genera resultados inciertos, casi siempre peligrosos.
*Crisitian Leandro | Periodista | Cristian Leandro es un periodista costarricense de coberturas en temas económicos, empresariales y legales. Ha escrito en medios como Business News Costa Rica, cubriendo una amplia gama de temas relacionados con la economía, alta gerencia, y el impacto de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial en el liderazgo empresarial.