Valor de las exportaciones en LatAm crecerá 4% en 2024
Después de una contracción del 1% en 2023, las exportaciones de bienes de América Latina y el Caribe experimentarán una recuperación en 2024, según el informe más reciente de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
El valor de las exportaciones crecerá un 4%, impulsado por un aumento del volumen del 5%, compensado por una caída del 1% en los precios. Esta expansión, sin embargo, ocurre en un entorno marcado por tensiones geopolíticas, proteccionismo creciente y la reconfiguración del comercio global, lo que plantea nuevos desafíos para la región.
DESEMPEÑOS DESIGUALES
El sector agrícola liderará la recuperación con un aumento proyectado del 11% en el valor de sus exportaciones, seguido por minería y petróleo (5%), y manufacturas (3%). Las exportaciones de petróleo de Guyana y Suriname serán clave en el Caribe, con un crecimiento previsto del 23%, mientras que América del Sur se beneficiará del aumento en el volumen de productos agrícolas como soja, maíz y trigo. En contraste, México y Centroamérica mostrarán un crecimiento más moderado, con alzas del 2% y 1%, respectivamente.
Por socios comerciales, se proyecta un incremento en las exportaciones hacia China (6%), Estados Unidos (4%) y la Unión Europea (3%), mientras que las exportaciones intrarregionales caerán un 5%, lo que reducirá el comercio dentro de la región del 14% en 2023 al 13% en 2024.
El sector servicios también mostrará un repunte significativo, con un crecimiento del 12% en el valor de las exportaciones en 2024, marcado por la recuperación del turismo y los servicios digitales.
Sin embargo, pese a este avance, las exportaciones de servicios representan solo el 14% de las exportaciones totales, por debajo del promedio mundial del 25%. Para aprovechar mejor el potencial de este sector, el informe de la CEPAL recomienda mejorar las habilidades digitales, atraer inversión extranjera directa y cerrar las brechas de infraestructura digital.
A pesar de la mejora en las exportaciones, la CEPAL advierte que la diversificación y la intensificación del conocimiento siguen siendo grandes desafíos para la región. La implementación de políticas de desarrollo productivo, enfocadas en clústeres y en la colaboración público-privada, es esencial para mejorar la competitividad de América Latina y el Caribe en un contexto global de cambio.
El fortalecimiento de estas políticas no solo mejorará la capacidad exportadora, sino que también puede contribuir a la creación de cadenas de valor más sofisticadas y sostenibles.
El comercio internacional desempeña un papel clave en la seguridad alimentaria regional. A pesar de ser la principal exportadora neta de alimentos a nivel global, América Latina y el Caribe enfrenta desafíos internos.
En 2023, 41 millones de personas sufrieron hambre, cifra que representa un retroceso en el avance hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible, particularmente en el Caribe, donde la prevalencia del hambre triplica la de América del Sur y Centroamérica.
El informe subraya la importancia de mejorar la integración regional para asegurar un suministro alimentario más estable y de menor costo. La facilitación del comercio, la armonización de reglamentaciones sanitarias y fitosanitarias, y la mejora de la logística son áreas clave para avanzar hacia una mayor seguridad alimentaria.
El informe de la CEPAL no solo resalta los logros y proyecciones optimistas para las exportaciones regionales, sino también las profundas transformaciones que requiere la región para adaptarse a las nuevas dinámicas del comercio mundial.
En un contexto de tensiones globales y desafíos estructurales internos, América Latina y el Caribe tienen la oportunidad de fortalecer su posición en las cadenas de valor globales, diversificar su oferta exportadora y asegurar un desarrollo más inclusivo y sostenible. La cooperación regional y la integración serán factores clave para aprovechar estas oportunidades en un futuro cercano.
Este análisis resalta la necesidad de políticas que miren hacia el largo plazo, combinando el potencial agrícola, minero y de servicios con una mayor inversión en tecnología y capital humano.
Así, la región podrá enfrentar los desafíos de un comercio internacional en plena reconfiguración, al tiempo que mejora la seguridad alimentaria y su participación en las cadenas globales de valor.
Cristian Leandro |